Adrián es un niño que llora por todo. Cada vez que alguien le lleva la contraria, o que ve que no puede salirse con la suya, él se enfada y comienza a llorar. Un día se da cuenta de que se ha quedado sin lágrimas, y sin ellas… ¿Cómo va a conseguir las cosas que quiere? La única solución es recuperarlas, sí, pero ¿Cómo lo logrará?